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Jul 272018
 

por Alejandra Villasmil para ARTISHOCK REVISTA

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(…) Carlos Martiel (La Habana, 1989) es un artista de ascendencia haitiana y jamaicana que vive entre Nueva York y La Habana, y cuya obra ha estado circulando internacionalmente en espacios abiertos al performance ciertamente transgresor. Sus acciones son especialmente arriesgadas, sometiendo su cuerpo a la autoflagelación, al peso y otros sacrificios de carácter crudo pero sumamente simbólicos.

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En la muestra presenta Basamento (2016), el registro de un performance realizado en el espacio CIFO, en Miami, que habla sobre el sometimiento del negro y el peso –estigma, estereotipo- que identitariamente lleva sobre sus hombros. Literalmente, vemos a Martiel actuando como la cuarta pata de una mesa, sobre la que hay platos típicos haitianos elaborados por una inmigrante haitiana indocumentada, y que los invitados al opening se sirven una y otra vez. Similar a la acción de Susana Pilar Delahante en El Tanque, Martiel finalmente rompe el yugo abandonando de golpe la mesa para dejar caer toda la comida al piso.

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Su otro video presente en la exposición, Caribes negros, es la documentación de un performance realizado en 2016 en Ciudad de Guatemala que hace referencia a la historia de la población afro-caribeña conocida como Garífuna. Durante décadas, esta comunidad se extendió por Centroamérica en busca de prosperidad y oportunidades de trabajo, para luego encontrarse con que no solo no pudieron integrarse, sino que fueron segregados y hoy día siguen aislados y en la pobreza. La acción de Martiel consiste en ponerse de pie contra una pared, izando una bandera Garífuna, mientras el público va erigiendo frente a él una muralla con sacos llenos de piedras. La pared termina aislando al artista del público. Una vez encerrado, ondea la bandera durante una hora (…)

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